domingo, 4 de noviembre de 2018


Seguimos con la pubicación de los cuentos participantes en el III Concurso de Cuentos.

Titulo: Mauricio Cebolleta
Autor: Mikel Varas



Mauricio el cebolleta

Mauricio es un chico muy delgadito, más o menos, de tu edad, muy amigo mío, ¡La verdad!



A Mauricio le da mucho miedo el frío. Por eso se abriga y se abriga... ¡parece una cebolleta! Cada capa, una prenda: Niki, jersey, camisa y chaqueta.



Él dice que lo normal, que, si no se abriga, se puede uno resfriar. Su ropa se multiplica: Gayumbo, pijama, bufanda y camiseta.

Mauricio es muy flacucho, pero parece un gorderas: Pantalón, mallas, y polainas sin bragueta.



Este Mauricio no se entera... siempre llega tarde a la clase de la señorita Adela.



Y Adela le regaña:

- Pero, Mauricio, ¡otra vez llegaste tarde a la primera!

Mauricio siempre tiene la misma excusa:

-Es que, señorita, no encontraba ropa que ponerme.



La señorita Adela se ríe, “no mientes, pero súbete la bragueta”.

Este chico tan especial es Mauricio, Mauricio el Cebolleta.



En el recreo, nuestro mejor guardameta. Como tiene tanta ropa, no se hace daño con ninguna pelota y se tira al suelo como una pantera. Aunque Maurio, no es rápido como una gacela.



Una vez, en Bañuelos, tuvimos un problema: era la final de futbol entre clases y no teníamos porterías, pero a Mauricio se le ocurrió una gran idea: se quitó parte de su ropa y con ella hicimos las porterías.
Ganamos el partido y Mauricio se dio cuenta de que con menos ropa no tenía frío, jugaba mejor y, lo mejor de todo: no volvió a llegar tarde a clase de la señorita Adela. Dado que ya no tenía que ponerse tanta ropa, era más rápido y estaba más cómodo.



Aún así, le seguimos llamando Mauricio: Mauricio el Cebolleta.



Mauricio, como otros muchos niños, no es diferente aunque se ponga muchas mascaras para protegerse... y hay que quitarle todas esas mascaras. Todas esas capitas de cebolleta para conocerle.



Lo mismo nos pasa con muchas cosas, que no son lo que parecen ser, a primera vista, pero, al quitarle las máscaras, las capitas... descubrimos lo rico y bonito que esconden.

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