lunes, 29 de octubre de 2018



 Título: Por la ventana el mar
 Autor: Juan Fernandez Platero


Por la ventana el mar


Niños y niñas, a veces lo más loco, lo que parece mentira, lo que suena a fantasía, es lo más real... lo más valioso.



A veces para hablar de lo profundo, de lo que de verdad es verdad hay que andarse con locuras, ya sabéis lo de Don Quijote, aquel viejecito ridículo, que sin embargo nos sigue animando a luchar por la justicia.



Bueno, pues exactamente eso pasó en una escuelita pobre, en un pueblecito aislado, llamado Bañuelos de Bureba, no hace tanto tiempo (no te digo la fecha exacta). Un maestro llamado Antonio Benaiges trajo a ese pueblo de interior, el mar, lo metió enterito por la ventana, y se iluminó la clase de un azul maravilloso, y es más, esa extraña luz dura hasta ahora.



Vale no te lo crees, pero acuérdate de lo que te dije antes y no corras en tus conclusiones, espera...



Trajo el mar y la alegría a esa escuela, en la clase empezó a haber un desorden divertido, unas ganas de aprender, un preocuparse por los demás, una lucha por la injusticia, ya te digo... el mar.



Lo dejó escrito, los niños y las niñas se lo pasaban bien y querían participar, sus escritos, preciosos escritos, cruzaron el mar, y el océano. Vale no te lo crees, pues tenemos unos periódicos auténticos, medio rotos, porque hubo gente que quiso que desparecieran, medio rotos, pero los tenemos. Otra gente hace poco los desenterró, y a mí, cuando en ese mismo pueblo, en esa misma escuela, me los leyeron se me escaparon unas cuantas lágrimas. Te lo prometo esto es verdad verdadera.

Sabes, sabéis de qué hablaba ese artículo (no os digo el nombre del periódico) pues sí, de un maestro que quería llevar a sus alumnos al mar y de cómo estos niños y niñas lo imaginaban sin haberlo visto y lo hacían con más verdad que la verdad.



Os propongo un juego/trabajo al estilo de Freinet (otro maestro,

este francés, y que dice, decía, unas cosas que me encantan) os propongo investigar esta historia, trabajar como se trabaja en los pueblos, de verdad, como se trabaja en la escuela rural, con la tranquilidad que requiere el querer aprender de verdad: sin prisas absurdas.



Que me enrollo, el juego.



Busca donde puedas (hasta en Internet) que hay de verdad (todo) en esta historia que os cuento, que te cuento.



Te doy una pista, pon en google, ”Freinet”, ”la imprenta en la escuela”, “Antonio Benaiges”, “Bañuelos de Bureba” y “escuela rural”.



Cuando acabes serás una sabia o un sabio.

Porque te digo de verdad, el mar entró en la escuela y su luz azul duró hasta ahora, aunque quisieran enterrarla. Y no te doy más

pistas, para que trabajes/juegues, te lo pases bien y aprendas de verdad lo que es importante, a luchar por la justicia... a ser un

Quijote, un Antonio Benaiges... un ser humano.





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