Título: Por la ventana el mar
Autor: Juan Fernandez Platero
Por la ventana el mar
Niños y niñas, a veces lo más loco, lo
que parece mentira, lo que suena a fantasía, es lo más real... lo más valioso.
A veces para hablar de lo profundo, de
lo que de verdad es verdad hay que andarse con locuras, ya sabéis lo de Don
Quijote, aquel viejecito ridículo, que sin embargo nos sigue animando a luchar
por la justicia.
Bueno, pues exactamente eso pasó en una
escuelita pobre, en un pueblecito aislado, llamado Bañuelos de Bureba, no hace
tanto tiempo (no te digo la fecha exacta). Un maestro llamado Antonio Benaiges
trajo a ese pueblo de interior, el mar, lo metió enterito por la ventana, y se
iluminó la clase de un azul maravilloso, y es más, esa extraña luz dura hasta
ahora.
Vale no te lo crees, pero acuérdate de
lo que te dije antes y no corras en tus conclusiones, espera...
Trajo el mar y la alegría a esa
escuela, en la clase empezó a haber un desorden divertido, unas ganas de
aprender, un preocuparse por los demás, una lucha por la injusticia, ya te
digo... el mar.
Lo dejó escrito, los niños y las niñas
se lo pasaban bien y querían participar, sus escritos, preciosos escritos,
cruzaron el mar, y el océano. Vale no te lo crees, pues tenemos unos periódicos
auténticos, medio rotos, porque hubo gente que quiso que desparecieran, medio
rotos, pero los tenemos. Otra gente hace poco los desenterró, y a mí, cuando en
ese mismo pueblo, en esa misma escuela, me los leyeron se me escaparon unas
cuantas lágrimas. Te lo prometo esto es verdad verdadera.
Sabes, sabéis de qué hablaba ese
artículo (no os digo el nombre del periódico) pues sí, de un maestro que quería
llevar a sus alumnos al mar y de cómo estos niños y niñas lo imaginaban sin
haberlo visto y lo hacían con más verdad que la verdad.
Os propongo un juego/trabajo al estilo de
Freinet (otro maestro,
este francés, y que dice, decía, unas
cosas que me encantan) os propongo investigar esta historia, trabajar como se
trabaja en los pueblos, de verdad, como se trabaja en la escuela rural, con la
tranquilidad que requiere el querer aprender de verdad: sin prisas absurdas.
Que me enrollo, el juego.
Busca donde puedas (hasta en Internet)
que hay de verdad (todo) en esta historia que os cuento, que te cuento.
Te doy una pista, pon en google,
”Freinet”, ”la imprenta en la escuela”, “Antonio Benaiges”, “Bañuelos de
Bureba” y “escuela rural”.
Cuando acabes serás una sabia o un
sabio.
Porque te digo de verdad, el mar entró
en la escuela y su luz azul duró hasta ahora, aunque quisieran enterrarla. Y no
te doy más
pistas, para que trabajes/juegues, te
lo pases bien y aprendas de verdad lo que es importante, a luchar por la
justicia... a ser un
Quijote, un Antonio Benaiges... un ser
humano.
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