"Salud pues, Benaiges, ya ves que poco
a poco se va arreglando tu casa".
Sergi Bernal.
Cansancio, agujetas y frío.
Absortos, cada uno piensa en sus porqués,
en esas razones que de forma individual les han llevado a colaborar en esta
historia de recuperación y dignificación de la memoria de un humilde y desconocido
maestro venido de Cataluña a tierras del interior. El murmullo de sus pensamientos
vuela lejos. Se entrecruzan, se solapan, se escapan por las ventanas sin
cristales de la Escuela. Cada uno deja revolotear su razón personal junto a las
otras. Planean todas juntas formando una red cada vez más extensa. Una urdimbre
de motivaciones cada vez más densa y apretada, cada vez más compacta y unida.
Surge otra vez la pregunta: ¿qué impulsa a
un colectivo a recuperar la última Escuela de un maestro, partiendo de la nada y
muchos sueños? Un único sueño, una trama de razones.
Nieva en Bañuelos. En el exterior los copos
caen en delicado manto. Su acompasado ritmo acompaña el trabajo interior en la Escuela. Se está tejiendo una red cada vez más grande de razones, se está tejiendo un sueño.
Gema Marchamalo.
Gema Marchamalo.
Miembros de la Asociación Escuela Benaiges en labores de recuperación |
El corazón tiene razones que la razón ignora.
ResponderEliminarPero es con la razón con la que se realizan las acciones que luego "gustan" al corazón. El maestro Antonio, como tantos otros y otras, llegó, se quedó y trabajó en una tierra un tanto hostil porque su razón les impulsaba a trabajar con la gente que les necesitaba; porque la razón debía de suprimir la ignorancia, el caciquismo, la dominación ideológica....
ResponderEliminarEl corazón con suministrar sangre permanentemente a todo el organismo tiene cometido suficiente. ¡No le demos más carga de trabajo no sea que se atore!