M.J.F. / Bañuelos de Bureba - jueves, 16 de enero de 2014
El alcalde de Bañuelos de Bureba, Jesús María Viadas, ha aceptado presidir la Asociación Escuela Benaiges Bañuelos de Bureba creada muy recientemente con el principal fin de convertir la vieja escuela del pueblo en un museo pedagógico. La idea es poner en valor la innovadora técnica educativa que trajo al pueblo en los años 30 el maestro catalán Antoni Benaiges y que consistía en una imprenta para escolares siguiendo el método Freinet.
El Ayuntamiento ha hecho un primer arreglo de urgencia en el tejado de la escuela y si la asociación que se ha creado no consigue la financiación suficiente para los próximos arreglos, el Consistorio «estará ahí para ayudar», en palabras del alcalde. No obstante, el regidor desconoce aún qué inversión será necesaria. «Lo que sí tenemos claro es que respetaremos en todo momento la esencia del edificio», apunta.
En el interior del viejo edificio se conservan varias mesas escolares de la época, el encerado y la caja de tipos original de la imprenta. La asociación ha conseguido traer desde Méjico una imprenta similar a la que utilizaban los niños de Bañuelos en los años 30 y se pretende exponer y usar en la localidad. El reto es llegar a imprimir el primero de los 14 cuadernos que hicieron aquellos niños del pueblo y que se titulaba Briviesca. A día de hoy, esa publicación está desaparecida pero se encuentra recopilada en los cuadernos siguientes que están en poder de los sobrinos de Benaiges residentes en la localidad catalana de Mont Roig. Según explica Viadas, la nueva asociación se encuentra en vías de constitución y el siguiente paso será abrir una cuenta bancaria para recibir donaciones de simpatizantes. Además, también se utilizará internet para este mismo fin acudiendo a plataformas de crowfunding. «Cuando se presentó en la librería Traficantes de Sueños, de Madrid, el libro sobre Benaiges, hubo profesores universitarios que se nos ofrecieron para colaborar y donar material», apunta el regidor.
El maestro catalán Antoni Benaiges, cuyos restos están en la fosa común de La Pedraja, convirtió a sus alumnos de Bañuelos de Bureba en pequeños cronistas entre los años 1934 y 1936. Todos ellos redactaron e imprimieron unos cuadernos que retrataban la vida del pueblo en aquella época vista a través de los ojos de los niños: el horno, las tabernas, el médico, la vigilancia de la Guardia Civil y las ausencias a la escuela para trabajar para la familia. «En este pueblo hay dos tabernas. La una es también es también estanco. Venden vino y aguardiente, moscatel, aceitunas y cacahuetes. Por la mañana los hombres van a beber aguardiente. Algunos se están allí casi todo el día. Los domingos hay más gente porque van los mozos. Juegan a la baraja y los que pierden pagan el porrón de vino o las copitas», se relata en uno de ellos. Y en otro texto dicen: «Ayer no vine a la Escuela porque estuvimos haciendo la colada. La colada da mucho trabajo. Primero se ponen las calderas con agua a calentar. Luego se enjabona la ropa y se pone en una canasta muy grande. Allí echan el agua hirviendo. En el agua se ha puesto ceniza para que la ropa blanquee más. La ropa así se deja una noche. Al día siguiente se lava en el río y se tiende. Cuando está seca se lleva a casa en el burro. Se dobla y se mete en los baúles y allí se conserva bien».
La historia del maestro se fue reconstruyendo décadas después y en 2010 recibió un gran impulso mediante la exposición del geógrafo y fotógrafo catalán Sergi Bernal que fue seguida de la grabación de un documental y de la publicación de un libro.
Estos proyectos colectivos se marcaron como objetivo rescatar la figura del docente catalán que aplicó en Bañuelos a mediados la técnica Freinet, un renovador sistema de enseñanza dentro de la política educativa de la Segunda República.
El alcalde, Jesús María Viadas, posa con la fachada de la antigua escuela de fondo. M.J.F.
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Así nos presentaron desde el Diario de Burgos.
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