Dentro de la escuela se urdía una promesa que
tomaba fuerza. Ocurría que, en los días de asueto del maestro, un mar inmenso
humedecía sus paredes e inundaba la imaginación de los pequeños tipógrafos con
peces y caracolas. En esos días en los que Antoni marchaba a Briviesca y las
horas quedaban desocupadas de tareas escolares se asomaban a la ventana trasera
del aula. Gracias a las últimas briznas de luz, si la contraventana quedaba
entra abierta, aquellos ojos infantiles alcanzaban a ver la sombra del
gramófono proyectada en las lamas del suelo y creían ver en ella peces
multicolores o en el brillo de los tipos ordenados, los reflejos del sol en el
mar. Poco más. Tiempo después, en la ausencia definitiva del maestro, los niños
no cejaron en el empeño de zambullirse en aquellas imágenes, más ensoñación que
realidad, impresas en sus retinas para el resto de su vida y robadas al desgastado recuerdo.
Detalle del collage "Cuando el maestro está en Briviesca" "Cuando el maestro está en Briviesca" Collage
Puedes conocer la verdadera historia del maestro A. Benaiges en los siguientes enlaces:
Desenterrando el silencio: Antonio Benaiges, el maestro que prometió el mar El Retratista Blog Desenterrant el silenci. Sergi Bernal |
que bien viajas por el tiempo!! Gracias por compartirlo. besos!!
ResponderEliminarOlá, gostei bastante deste site. Já virei um seguidor.
ResponderEliminarAproveito a oportunidade para compartilhar com vocês
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Atenciosamente
Josiel Dias
http://josiel-dias.blogspot.com
Rio de Janeiro